Es el águila más grande de América y la más poderosa del mundo. Las hembras son más grandes que los machos, llegando a pesar 11 kg, a diferencia de éstos, que se quedan con aproximadamente 6 kg. Por lo demás, tanto hembra como macho poseen el mismo diseño de color en sus plumas. Se alimentan sobre todo de perezosos y monos, aunque también de otros mamíferos principalmente arborícolas y en ocasiones algunas grandes aves. Construyen sus nidos en grandes árboles como ceibos (Ceiba pentandra), en los que crían sólo un polluelo cada 3 años.
Su distribución natural actual se extiende en parte del continente americano: Panamá, Colombia, Venezuela, las tres Guayanas, Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y Noreste de Argentina (provincia de Misiones).
En Ecuador, se encuentra en los bosques tropicales a ambos lados de la Cordillera Andina, aunque en el occidente es extremadamente escasa: hasta el momento tan sólo hemos localizado un nido en la provincia de Esmeraldas, el primero que se ha encontrado en la historia del país.
Es el ave rapaz más grande de América. Puede llegar a medir hasta 1,10 m. de alto y dos metros de envergadura (con las alas abiertas, de punta a punta). No hay águila en el mundo que tenga más fuerza en las garras que la arpía. La forma redondeada de su rostro funciona a modo de parabólica, haciendo que hasta los sonidos más suaves lleguen hasta ella.
Sus ojos son muy frontales, a diferencia de otras aves diurnas que los tienen en una posición más lateral. Gracias a esto, pueden calcular mejor la distancia para capturar a sus presas. Esta característica les hace tener un aspecto muy similar al de un búho. Su vuelo es tan silencioso que, a pesar de que la longitud de sus alas, puede pasar entre los árboles del bosque sin darnos cuenta de ello.
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